Una vez leí, y pasó a ser parte de mi filosofía que, cuando la gente se grita es porque sus corazones están lejos y cuando se
susurran es porque sus corazones están cerca.Y también me he dado cuenta de que, de noche, todos hablamos más flojito. Así
como a las tres de la mañana, aunque no haya necesidad, todos hablamos en
susurros.Y es que la noche acerca nuestros corazones, como la luna cuando nos sonríe
allá donde vamos
Barcelona amanecía como cualquier otro día de invierno cualquiera. El cielo se llenaba de tonos rojizos, tonos cálidos que contrastaban con las temperaturas. Los pájaros saltaban de rama a rama, despertando el día poco a poco con sus voces tan admiradas siempre excepto a esas horas intempestivas. Las calles, que siempre estaban llenas de gente, se encontraban vacías, excepto por algún trabajador que empezaba su turno. Y Àxel. Àxel, como cada día de Navidad, había madrugado mucho. Su despertador había sonado a las cinco y media de la mañana. Se había levantado con una sonrisa. Sin encender ninguna luz había atravesado su minúsculo apartamento. Había llegado al pequeño cuarto "de fotógrafo" que decía él. El día de Navidad era un día especialmente bueno para fotografiar el amor. La fotografía era su máxima pasión. Le encantaba ponerse detrás de un objetivo y capturar aquellos pequeños momentos que parecía que nadie más veía. Aquel niño que se reía sin sentido, aquella...
oooooooooooooooooooooooooouuuuuuuuhhh
ResponderEliminarque bonito
mencantamencantamencantamencanta
tenemos que ir actualizando, eh?
ResponderEliminarquiero leer cosas nuevaaas!!!!