Levantando la vista he visto esas preciosas nubes que llenan el cielo que
aún no se había encontrado contigo.
He visto los claros que empezaban a aparecer,
los pájaros que te esperaban y que ansiaban verte.
Ellos, que saben más, dan saltos de alegría.
Todos juntos suben y bajan para ayudarte a llegar a lo más alto.
Los coches, aunque no se den cuenta, te ayudan
con sus luces blancas, imitándote.
A veces tienen también tienen luces rojas
como el telón de fondo cuando te marchas.
Los suelos de cemento parecen más fríos y tristes sin ti.
Los árboles mueven sus hojas y contribuyen con su música,
dulce y suave, a que te despiertes.
Sus ramas acompañan sus bailes de sombras.
Y cuando apareces. Cuando tu llegas.
Todos nos emocionamos al verte. Eres tan hermoso.
Llenas todo de luz y calor.
Los colores se funden y se abrazan en lo alto.
Cada mañana, cuando te vemos aparecer,
nos sentimos un poco más cerca de ser felices.
Al fin y al cabo, tú sales todos los días, y nosotros queremos verte.
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